Viajar al pasado a través de la alquimia, una antigua doctrina medieval que dio paso a la química moderna, nos permite sumergirnos en un mundo lleno de mitos y leyendas. Imagina entrar en un castillo sin haber pisado nunca Europa: son este el tipo de sorpresas que podemos encontrar en Uruguay.
Sobre una elevación natural, en el balneario las Flores, se erige el Castillo Pittamiglio. Construido en 1956, este castillo de estilo medieval fue la casa de retiro de Humberto Pittamiglio, y hoy se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la zona. Forma parte de la ruta mística que conecta la Sierra de las Ánimas con Piriápolis. También es famosa la que fuera su residencia habitual en Montevideo, otro impactante castillo ubicado sobre la rambla de Trouville

Debido a que Pittamiglio no tenía herederos, las propiedades pasaron a manos estatales y hoy en día podemos visitarlas y descubrir no sólo este patrimonio arquitectónico, sino su excéntrica vida.
¿Quién fue Humberto Pittamiglio?
Humberto Pittamiglio fue una figura multifacética de gran relevancia en Uruguay. Alquimista, arquitecto, político y empresario, su vida estuvo marcada por el misterio y las leyendas.
Pittamiglio fue amigo cercano de Francisco Piria, el fundador de Piriápolis, quien también era un alquimista extremadamente visionario. Piria introdujo a Pittamiglio en el fascinante mundo de la alquimia, y se cree que, por cuestiones simbólicas, le sugirió agregar la letra «H» a su nombre original, «Umberto», transformándolo en «Humberto».
Otro dato curioso de Pittamiglio es que dejó por escrito en su testamento que el uso de sus propiedades serían en forma de préstamo hasta su regreso, ya que creía que volvería de la muerte.
¿Cómo llegar al Castillo Pittamiglio?
A un kilómetro y medio de la Ruta Interbalnearia, sobre la ruta 71 en Las Flores se encuentra el Castillo Pittamiglio.
Para llegar desde Montevideo es necesario recorrer 80 kilómetros y desde Punta del Este 47 kilómetros. Sobre la Ruta Interbalnearia hay cartelería señalizando su ubicación, por lo que es realmente sencillo encontrarlo. También se puede acceder desde ruta 10.

Historia del Castillo Pittamiglio de Las Flores
Si bien fue en el Castillo de Montevideo donde transcurrió la mayor parte de su existencia, en la última década de su vida, disfrutó de su castillo de descanso en las Flores.

Construido sobre una elevación, no asombra que Humberto halla elegido estos terrenos para edificar su castillo ya que cuenta con una preciosa vista panorámica.
La construcción da la impresión de ser mucho más grande de lo que realmente es. Al ingresar, notamos esta peculiaridad: su interior es sorprendentemente pequeño.
Sin lugar a dudas, su estilo arquitectónico es inconfundible y refleja su profunda búsqueda interior. Tanto el patio como las diversas habitaciones están llenas de pasadizos secretos y símbolos alquímicos.

Como lamentablemente pasa en Uruguay, muchas construcciones patrimoniales caen en el olvido o su recuperación tarda más de lo esperado, y este caso no es la excepción. Después de 40 años de abandono y varios robos de mobiliario, en 2012, la Intendencia de Maldonado decidió reabrirlo al público. Se realizaron restauraciones en la edificación, así como trabajos de jardinería e iluminación. Hoy en día, por una entrada accesible de 120 pesos uruguayos, los visitantes pueden disfrutar de una exposición permanente que se presenta bajo un concepto de museo interactivo, con módulos digitales y videos en 3D. Esta muestra fue diseñada por el prestigioso museógrafo español José Garín.
Los horario de visita al Castillo son todos los días de 9 hs a 16:40 hs. (salvo los martes que está cerrado). En verano el horario se extiende desde las 9 hs hasta las 20 hs todos los días.
Recorrida por el Castillo
Les recomiendo que antes de comenzar el recorrido escuchen la charla que brindan los guías ya que mencionan datos muy interesantes que hacen más rica la visita. Sobre todo las explicaciones relativas a la simbología y elementos alquímicos de los cuales no todos estamos familiarizados.

Comenzando el recorrido por el jardín interno podremos encontrar infinidad de símbolos que Pittamiglio colocó siguiendo los preceptos de la alquimia. Trazado en dos niveles, el patio cuenta con muchos caminos que se van entrecruzando y podemos descubrir una fuente, esculturas y ánforas. Una de las figuras que más llama la atención al fondo del jardín, es un Cristo redentor de brazos abiertos traído desde Italia.

Según la creencia esotérica la fuente que encontramos en el jardín, simboliza la inmortalidad. El agua a su vez, representa la fuerza vital y al emanar de una fuente representa los buenos sentimientos y purificación.

Al ingresar a la residencia, lo que llama poderosamente la atención es su hermosa puerta de madera tallada. Ya en el interior del castillo podremos apreciar las distintas habitaciones sorprendiendo su pequeño tamaño. Esto evidentemente no tiene que ver con falta de espacio ya que el castillo está rodeado por 80 hectáreas de bosque.

Se pueden apreciar ornamentaciones de diferentes formas geométricas como círculos, cuadrados y octágonos, símbolos básicos de la alquimia.
El cuadrado es el símbolo de la tierra, es decir todo lo que se opone a lo transcendente. El octágono representa el punto intermedio entre la vida terrenal y la celestial y el círculo como no tiene ni principio ni fin simboliza la eternidad, la transmutación lograda.

También es posible encontrar en todo el castillo símbolos de animales como leones, serpientes, dragones entre otros que representan la búsqueda del pasaje de la vida terrenal a la vida espiritual.
El baño también tiene ciertas características que nos pueden llamar la atención. No tiene espejo y hay una ventana por la que se puede apreciar el cristo redentor que encontramos en el patio.
Muchas gracias por leerme! Nos vemos en próximo post!
Muy bueno ! Lástima q realicé la visita del Castillo d Las Flores, teniendo poquísima información sobre la biografía d H. Pittamiglio. Espero hacer una segunda visita xq me interesó mucho el tema , su vida y su obra .
Muy interesante reseña. Gracias.