El blog
Tras una intensa búsqueda personal, en 2018 nace Destino a la Carta. Yo pensaba que la vida estaba diagramada de una sola forma, que un buen futuro venía acompañado —sí o sí— de una formación universitaria. Pero quizás esos no eran mis sueños…
En el camino descubrí que la vida es loca, mágica e impredecible. Había menospreciado mis habilidades comunicacionales, mi creatividad, mi lado artístico y sensible… ese que se emociona con un atardecer, que disfruta de la naturaleza, la buena comida, y que siempre quiere saber más del mundo.
Llegué a un punto en el que el cambio era la única opción. Creo que la incomodidad y la pesadumbre son motores de grandes movimientos internos: nos empujan a generar intención, a despertar las ganas… y a escuchar ese Dalai Lama interno que todos llevamos dentro, aunque no siempre queramos prestarle atención.
No me había dado cuenta de que podía unir todas mis pasiones en un solo espacio: un blog. La palabra, indispensable y transformadora, es mi carta de presentación. A través de ella quiero contarles lo que para mi significa viajar.
Viajar es encontrarte con un desconocido, es sentir que las fronteras son impuestas por gobiernos pero no por las personas. Es descubrir que todos sufrimos y gozamos por las mismas cosas. Viajar nos vuelve más reales, más tolerantes. Porque después de un viaje, nunca volvemos a ver el mundo con los mismos ojos.
Viajar no es solo un tránsito espacio-tiempo, sino un tránsito de nuestro ser interno para descubrir lo que hay por ahí y así también autodescubrirnos en nuestras falsas creencias.
Por eso, los invito a compartir esta aventura… y todas las que vengan.
¿Qué pueden encontrar en el blog? Historias propias y de viajeros, tips, recomendaciones, reflexiones, información práctica y aina mais!
¿Quién soy?
Soy Antonela, la chica detrás de este blog. Uruguaya, soñadora. Desde siempre tuve el bichito depredador de la curiosidad. A esto se suma que siento que el mundo es demasiado grande y la vida demasiado corta para conocerlo todo. Los aliados a la hora de saciar esta sed han sido los libros y los viajes. Cantar y sacar fotos son otras de mis aficiones. El mar es mi segundo hogar, así que si eso de las vidas pasadas fuera cierto, seguro debo haber nacido pececito. No me gusta madrugar. Soy algo introvertida y bastante porfiada cuando creo tener razón. De lágrima fácil. Media torpe en los deportes, pero nunca me resigno. Todos los que me rodean cocinan bien y yo soy buena catadora. Según una amiga, soy un bicho raro: lo que tengo de clásica, lo tengo de aventurera.
